jueves, 26 de noviembre de 2020

El último peldaño


 

El último peldaño

 

El presidente Sebastián Piñera pretende bloquear el segundo retiro del 10% de los fondos previsionales de los chilenos al enviar el proyecto que fue aprobado por 130 parlamentarios (83%) de la Cámara de Diputados, al Tribunal Constitucional (TC) para impedir que la iniciativa se convierta en ley.

El Mandatario dio un paso en falso pues no parece estar consciente de la realidad que vive el país tras el Estallido Social, la Pandemia y la consecuente crisis económica que afecta a millones de hogares que viven en la miseria, y que ante el escaso y tardío apoyo gubernamental debe recurrir a sus propios ahorros para sortear estos días de desempleo masivo, desprotección y hambre.

Piñera, porfiado como él solo, desconoce que la inmensa mayoría de los chilenos quiere acabar con el nefasto sistema de ahorro previsional que sólo ha servido para enriquecer a las grandes compañías administradoras y aportar plata fresca a grandes empresas, dentro y fuera de nuestro país, a cambio de entregar pensiones de miseria.

Todo indica que Sebastián está golpeado. Su ego fue arañado por el reciente voto del Apruebo (78%) con el cual se da inicio al entierro de su tan amada Constitución pinochetista, su desaprobación subió al 75% (Cadem, octubre 2020), y para más remate le entró agua a la sala de máquinas, pues no controla su coalición donde es duramente criticado por sus partidarios. Miope, sordo y narciso, como él solo, mandó al congreso un proyecto alternativo cargado a la letra chica y que en la práctica no es más que un préstamo que se les hace a los afiliados con su propio dinero. Una burla; una más.

El empresario Piñera está más empeñado en defender a las AFP, creadas por su hermano José, que permitir a los chilenos acceder a sus propios ahorros. Olvida que la calle está ojo avizor, que la ciudadanía despertó -esa que lo honra con sus cánticos masivos cuando lo comparan con el tirano-, y que la gente no va a permitir que le escamoteen su dinero, esos pesitos que tanto le ha costado juntar.

La movida de Sebastián es más grave, pero como él es corto de vista y carece de empatía con los dolores del pueblo, no ha reparado en las consecuencias que le puede acarrear, a él y al sistema político institucional. En la práctica busca un enfrentamiento con el Poder Legislativo quien, en este contexto tiene el apoyo de la ciudadanía, mientras él se queda cada vez más solo, no tiene agenda política, no gobierna y apenas es capaz de administrar dos o tres cositas menores. Ya algunos en los pasillos del Congreso usan de manera reiterada la palabra “interdicto” (persona declarada incapaz para actuar en la vida jurídica) para referirse a quien está tan desconectado de la realidad social y política del país que debería dar un paso al costado.

Su idea de enviar al TC el proyecto de la oposición la convierte en un nudo gordiano y rayana en la estupidez, porque dicho organismo no puede declarar inconstitucional un proyecto que fue aprobado con el quórum que la propia Carta Magna establece para estos efectos. Es como si tuviera que decretar: “Es inconstitucional porque es constitucional”. Se parece mucho al magnífico titular del diario Fortín Mapocho cuando aludió a la derrota del tirano en el plebiscito del 88: “Corrió solo y llegó segundo”.

¿Acaso Sebastián no ve la tele como para que se entere de que en Guatemala la población indignada quemó el Congreso por una reducción de recursos para la salud y la protección social, la atención maternal e infantil, los tratamientos para el cáncer y la desnutrición; que en Perú las movilizaciones ciudadanas bajaron a tres presidentes de la república en una semana; que el pueblo boliviano aprobó por aplastante mayoría la candidatura de un representante del MAS (Movimiento al Socialismo)? En este momento yo no le recomendaría que fuese a tomarse una fotito a la Plaza de la Dignidad.

Piñera pende de un hilo y si los congresistas tienen la entereza suficiente y el coraje que les demanda la Historia, tomarán las tijeras del caso, porque Sebastián acaba de bajar el último peldaño y está en la calle.

Carlos F. Reyes

Profesor de Estado en Castellano

 

Una chispa enciende la pradera

 

Una chispa enciende la pradera

 

Carlos F. Reyes

 

“Cuando la Tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”

Simón Bolívar

 

 

 

            Aristóteles sostiene que en política lo determinante no es el poder, sino la legitimidad de él, atributo que el empresario Piñera ha ido perdiendo a punta de engañifas, chambonadas y acciones provocativas que ilustran su profundo desprecio hacia una ciudadanía empobrecida que demanda dignidad.

            La derrota del 10% en el Congreso, lo dejó tan turulato y fuera de juego que tuvo que rendirse a la presión de la Derecha pinochetista. Su gobierno quedó desfondado y debió  agachar el  moño ante los líderes de los partidos de su coalición que barajaron nombres para los cambios de gabinete, hicieron propuestas e impusieron enroques ante un Presidente pasmado que intentaba cohesionar a sus partidarios y, de paso, endurecer las políticas gubernamentales. Se consolidó así un gabinete marcado por su rechazo a la aprobación de una nueva Constitución para Chile promovido por los poderosos sectores empresariales y los nuevos hacendados forestales ligados a la banca y a las AFP que han visto con temor, desde el estallido social, el avance de las demandas sociales por igualdad, dignidad y justicia social.

Y nada mejor para generar un clima de agitación y posterior represión que encender una chispa en la pradera de la Araucanía. Hacia allá dirigió sus pasos, premunido de un bidón de gasolina, el flamante nuevo ministro del Interior, el ultraderechista Víctor Pérez. Nadie sabe a qué fue, pero todos lo sospechan. No se reunió con ninguno de los alcaldes de la zona, una de las regiones más empobrecidas del país. Como señaló Jorge Saquel, alcalde de Curacautín: “…el gobierno tiene en el más absoluto abandono a Malleco”.

Tras su visita, la madrugada del 2 de agosto, grupos armados de la macrozona concurrieron, en pleno toque de queda, premunidos de bates, fierros y piedras a desalojar violentamente a los comuneros que habían ocupado cinco municipios en apoyo a los presos políticos mapuches, muchos de los cuales cumplen ya un centenar de días en huelga de hambre en reclamo por la aplicación de los artículos 9 y 10 del Convenio 169 de la OIT que, entre otras cosas, establecen que en el caso de los pueblos indígenas los Estados deberán dar preferencia “a tipos de sanción distintos del encarcelamiento”, teniendo en cuenta sus propias costumbres en materias penales.

El  incendio cobró fuerza, desatando una despiadada manifestación de odio racial por parte de una masa de civiles contra mapuches, la que fue tolerada por la fuerza policial. Con anterioridad ya habían ocurrido otros sospechosos atentados, quemas de camiones, cortes de ruta, descarrilamiento de un tren, incendios de escuelas y disparos en una zona altamente militarizada y que permanece bajo el control de las Fuerzas Especiales de Carabineros, por lo cual no se explica que se hayan cometido estos hechos delictuales a vista y paciencia de ellos. El país ya conoce lo que fue el montaje de la Operación Huracán de 2017 que encarceló sin motivo a ocho mapuches supuestamente involucrados en una asociación ilícita terrorista, pues la investigación del Ministerio Público demostró que una Unidad de Inteligencia de Carabineros había manipulado las pruebas que incriminaban a los detenidos mediante la intervención fraudulenta de mensajes en teléfonos celulares.

La movida de ahora consistió en dar luz verde para que se movilizara un grupo de matones que, amparados en el concepto de la autotutela, atacaron a los  comuneros. El accionar violento de guardias blancos contra obreros, campesinos o estudiantes no es algo nuevo. Hechos similares se realizaron durante el estallido social cuando pequeños grupos de “chalecos amarillos” salieron a enfrentarse contra los pobladores movilizados, cuando manifestantes que apoyaban el rechazo a una Nueva Constitución golpearon brutalmente a un conocido periodista, o cuando, en los años previos al Golpe, los grupos fascistas de Patria y Libertad se ensañaban contra los partidarios del Presidente Salvador Allende. Nuestra historia consigna numerosos hechos similares. En julio de 1920, una turba de guardias blancos apoyados por soldados del Batallón Magallanes asaltó a sangre y fuego la sede de la Federación Obrera de Magallanes en Punta Arenas. Entraron disparando contra los trabajadores, dejando a su paso decenas de muertos, torturados y a muchos que fueron quemados vivos tras el incendio que causaron.

La situación que se vive hoy en la Araucanía es de extrema gravedad. Cuatro de los 27 presos mapuche en huelga de hambre ya fueron trasladados desde la cárcel de Angol hasta el hospital de la comuna, y preocupa  sobre manera la salud del machi Celestino Córdova que se agrava minuto a minuto. Entre tanto, el Gobierno hace oídos sordos a la necesidad de diálogo para buscar una solución a sus demandas. Un diputado (RN) con cabeza de adoquín publicó de manera burda una foto de una trampa vietnamita que vinculaba a los mapuches con estas prácticas, supuestamente para dañar a Carabineros. Por su parte, el derechista  gremio de los camioneros advirtió desafiante que: “Una quema más de camión y vamos a reaccionar”, anunciando así un posible paro nacional del gremio. Y para avivar más la cueca, otros grupos de camioneros cortaron la Ruta 5 Sur en distintos puntos de La Araucanía. Para colmo, y en medio de este contexto de tensiones étnicas, son encontrados en extrañas circunstancias los cuerpos sin vida de dos mujeres mapuche, dirigentes de la Comunidad Juan Pinoleo en Ercilla que denunciaban la militarización en la zona.

Mientras tanto, parecen quedar en segundo plano la pandemia, el hambre, las ollas comunes, la recesión económica y sobre todo, el Plebiscito que debe celebrarse el 25 de octubre, que con seguridad aprobará, en un acto histórico, la posibilidad de escribir una nueva Constitución para Chile. Sin embargo, estas brutales maniobras de los sectores ultraderechistas amparados por el gobierno, indican que el panorama político se está caldeando a propósito para postergar o suspender la realización del Plebiscito. No sería nada raro, pues como señala un proverbio chino: “La bestia, cuando está herida es sumamente peligrosa”.

 

Carlos F. Reyes

Profesor de Estado en Castellano

U. de Chile

 

 

 

La derrota de Sebastián

 

La derrota de Sebastián

Carlos F. Reyes

 

“Ninguno debe obedecer a los que no tienen el derecho a mandar”.

(CICERÓN)

 

 

            Sebastián declaró que: “…no siento que uno experimente una derrota…” tras la contundente votación del Congreso que aprobó la ley que permite el retiro  del 10% de los fondos previsionales. Lo  dijo acomodándose la mascarilla para ocultar los moretones de los golpes que le dejó el apoyo mayoritario a dicha reforma constitucional. Él había rechazado de plano dicha modificación y por eso envió a sus ministros con la misión de convencer a los parlamentarios que rechazaran el proyecto; desde La Moneda se hicieron llamados telefónicos, hubo amenazas, ofertas bajo cuerda, miradas torvas. Pero no hubo caso, el tsunami del rechazo le pasó por encima y tuvo que morder el polvo de la derrota cuando 35 parlamentarios de su coalición le dieron la espalda y votaron a favor de la moción junto con la oposición.

 

            Sebastián, vapuleado de antemano, abandonó cabeza gacha La Moneda el día de la votación, pues ya sabía cuál sería el resultado; sabía, además, que no tenía poder político para vetar el proyecto ni enviarlo al TC. Finalmente, tuvo que firmar a regañadientes la mentada ley, a solas, en una oficina vacía, sin el destello de los reflectores sobre el escenario donde le gusta lucirse: una verdadera metáfora de su aislamiento, de su gobierno de brazos caídos.

           

            La Derecha política recibió a su vez el impacto del terremoto grado 10. Se derrumbó como un viejo edificio de adobe, se destaparon los catafalcos desde donde emergieron algunos zombies agitando sus vendas apolilladas. Quedó al desnudo la crisis interna de dichos partidos. Pasó de todo: salieron a relucir viejas rencillas, brilló el filo de los cuchillos lanzados para crucificar a los culpables, brotaron lenguas de fuego desde la sedienta boca de la senadora inquisitorial, hubo renuncias que pretendieron ser heroicas y muchas palabras huecas que terminaron escurriéndose por el desagüe.

 

            Este jueves negro, (yo prefiero calificarlo de rojo, total en gusto no hay disgustos) pasará a la historia como el día del Segundo Estallido Social. Ocurrió que la última línea de defensa de la constitución pinochetista, ese manual para hacer negocios que ha permitido que el 1% se apropie del 30 % de las riquezas del país y mantenga al pueblo en la miseria, no resistió el arrollador avance de la Primera Línea Ciudadana que acometió sin miedo para reclamar lo que le pertenece.

 

            Sí, Chile despertó, la gente se ha politizado como nunca, paradojalmente en ausencia de partidos políticos que los representen. Eso explica por qué permaneció atenta al debate que se realizaba en el Parlamento. Más de dos millones de chilenos siguieron ojo avizor y oído atento las palabras de los parlamentarios, pero para que les quedara claro que estaban bajo la lupa, los días previos salieron a las calles pese a la pandemia mortal, a la cuarentena, al toque de queda, a la represión policial/militar. Recuperaron una vez más ese espacio que les pertenece por derecho propio, provocaron un potente cacerolazo nacional, bloquearon avenidas, hicieron barricadas, incendiaron algunos vehículos, a muchos el hambre los impulsó a saquear supermercados, otros protestaron afuera de las comisarías para manifestar su rabia contra los abusos de Carabineros. Era la ciudadanía empoderada que ya no resiste tanta injusticia y aprovechamiento. Los sectores más reaccionarios les estaban impidiendo recuperar su plata, esa que han puesto por obligación en estas maquinarias de atrapar dinero que son las AFP. Eran las familias que perdieron sus empleos, que redujeron drásticamente sus ingresos formales o informales, que deben alimentarse hoy gracias a la generosidad y organización de los cientos o miles de ollas comunes, mientras en Palacio se encarga paté de jabalí y leche de búfala.

 

            Ante una izquierda política desprestigiada, sin acuerdos de unidad, sin proyectos de sociedad, que solo enarbola una larga lista de supermercado de demandas, que ha sido cómplice, en parte, de sostener el modelo económico neoliberal, ha surgido una Izquierda Social, la misma del 18 de octubre, la que va por sus derechos, cabeza en alto, con la dignidad de un pueblo que sabe lo que quiere.

 

            Este jueves rojo marca el camino. La salida política está a la vista, se llama Plebiscito Constitucional a realizarse el 25 de octubre próximo en donde la opción ganadora será, sin duda, un contundente Apruebo así como la votación a favor de la elección del 100% de los Constituyentes e impidiendo que sea la mitad de los parlamentarios quienes participen en la redacción de una Nueva Constitución para Chile.

 

Carlos F. Reyes

Prof. de Estado en Castellano

U. de Chile

 

           

           

 

 

Nicanor Parra tenía razón

Nicanor Parra | Corporación de Artes y Cultura de Colina

Nicanor Parra tenía razón
Carlos F. Reyes

            Chile es un país que da lástima. Donde pongas el dedo sale pus. Lo cual es  revelador porque confirma el grado de descomposición a que hemos llegado. Resulta fastidioso describir el extenso listado de todos los aspectos putrefactos: corrupción, robo, engaño, cohecho, malversación que ocurren en cualquiera de las instituciones de la República y también en el ámbito privado. Nos hemos convertido en un país rasca, arribista y endeudado. La pandemia, y antes el estallido social, han corrido el velo  para que veamos el rostro de nuestra condición de paisito pobre, carente de un Estado fuerte preocupado de la salud y el bienestar de los ciudadanos. Los que se creían pertenecientes a la clase media, hoy saborean el té sin azúcar de los más pobres. La gente reclama, desde el estallido social, algo más potente que un cambio político, es una demanda más profunda,  es la urgente necesidad de un cambio cultural, “hasta que la dignidad se haga costumbre”. El modelo económico-político impuesto en dictadura y administrado golosamente por los políticos de la Concertación y Nueva Mayoría se desplomó estrepitosamente. Los chilenos podemos ver (“Chile despertó”), tal vez por primera vez, la podredumbre, el grado superlativo de injusticia social, sin necesidad de una vanguardia encargada de explicarnos la maldad de los gobernantes. Los chilenos tenemos cada día más claro que el Presidente no gobierna, que defiende con dientes y muelas los intereses de los empresarios, que desprecia la hambruna de la población, que no puede controlar sus incontinencias conductuales, que está en su fase final, que perdió legitimidad y el apoyo de su propia coalición. Es el rey desnudo por antonomasia.
El sistema político dejó de ser una caja negra y hoy, gracias a las redes sociales, es una casa de vidrio expuesta al escrutinio de un público que observa, se informa y opina. Así, por ejemplo, el debate del miércoles 8 acerca del retiro del 10% de las AFP fue seguido por 2,5 millones de chilenos que estaban interesados en conocer los argumentos de los parlamentarios. Los espectadores/auditores se enteraron en el debate que las AFP durante el primer trimestre de 2020 habían aumentado sus utilidades en 100 %  con respecto al mismo período del año pasado, que los fondos de pensiones aportados por los trabajadores no sólo enriquecen a los dueños de las Administradoras sino que también van a parar al bolsillo de los grandes grupos económicos, como el de Luksic que recibe 9 mil millones de dólares (sí, leyó bien: 9.000 millones de dólares) de los ahorrantes; que el grupo Said atrapa US$ 7.413 millones de dólares; que los grupos Yarur, Saieh, Matte, Solari también reciben financiamiento fresco de los fondos de pensiones. Y lo mismo ocurre con los bancos e instituciones financieras, tales como el Banco Chile, Santander, BCI, Itaú, Scotiabank y otros.
Mientras, los estudios de la Fundación SOL, indican que a diciembre de 2019, la mitad del casi millón de jubilados bajo este sistema, reciben una pensión  menor a $202 mil pesos mensuales, en tanto que la mitad de quienes se pensionaron en 2019 reciben una jubilación de menos de $49 mil pesos mensuales. Los datos hablan por sí mismos: el sistema de rentas individuales administradas por las AFP fracasó tras 40 años de su implementación.
En este contexto, la Cámara de diputados debía votar para introducir o no una reforma constitucional que permitiera a los cotizantes retirar hasta el 10% de sus ahorros en tiempo de pandemia y, de ese modo, aliviar la crisis económica que golpea duramente a la mayoría de los hogares. El resultado fue una derrota aplastante para el gobierno, pues los votos de la oposición más 13 de gobierno y la abstención de 30 diputados se sumaron por el retiro del 10%. Este traspié sufrido por el gobierno quedará registrado en los Anales de la política chilena. Derrota que no fue sólo política sino ideológica. Es notable que pese a todas las presiones ejercidas por el Mandatario, 13 diputados de la derecha hayan saltado  los torniquetes del poder presidencial para abrir las puertas del corazón económico a los desposeídos. La cueva de Alí Babá quedó expuesta, fulgurante, ante los ojos de un pueblo que pasa hambre.
Este hecho tuvo un carácter ideológico porque se trataba de votar ni más ni menos que un proyecto de reforma constitucional, que intenta modificar la Biblia empresarial, significó  la posibilidad de doblar la mano a los gremialistas que usan la Constitución del 80 como un manual para hacer negocios.
Fue una destapada de olla descomunal en un país que ocupa el sexto lugar en el  índice de la pandemia mundial, que ya superó los 300.000 infectados y registra más de 11.000 muertos (DEIS) a causa del mal manejo del Covid-19; que contabiliza un desempleo disparado que llega al 11,5%, con 2 millones de desempleados (Estudio UC); con créditos que no llegan a las Pymes por los trámites burocráticos que se les exige; con cajas de mercaderías distribuidas tarde, mal y nunca; con un rimbombante Plan Clase Media que murió a poco andar y que sólo ofrecía endeudarse, en fin, con soluciones a cuenta gotas que llegan tarde y no resuelven la angustia de la gente que no tiene qué comer.
Tras la votación se encendieron las alarmas en la Derecha, el gremialismo pegó el grito en el cielo y sacó a relucir los cuchillos. La senadora van Rysselberghe, dejó la copa a un costado y, desesperada por recuperar espacios de poder, se lanzó contra la yugular del ministro Blumel, de Evópoli, responsabilizándolo del fracaso. Longueira salió del corazón de las tinieblas con una misiva tétrica, de corte bíblico, apelando a los “valores, principios y estilo de la UDI”. Allamand, Cubillos y Mathei iniciaron la campaña del terror entre sus huestes y pronto fueron secundados por las AFP que enviaron  millones de cartas a sus cotizantes anunciando el fin de mundo si retiraban el 10% de sus fondos. Piñera se enfurruñó, le dio la consabida pataleta y decidió suspender el comité político de los lunes con los partidos de la coalición y, de paso, vetó dos proyectos enviados por el Congreso. El latifundista Carlos Larraín, le arrastró el poncho al mandatario, señalando que los partidos deberían apoyarlo “…aunque fuera chico, feo y tonto”. Otro  Larraín, esta vez Hernán, Presidente de Evópoli  hizo un llamado dramático a la unidad, agitando la bandera de las “convicciones”.
Y así, al día siguiente, muchos paladearon el exquisito sabor de la marraqueta, en tanto a otros se les cortó la leche de búfala y el paté de jabalí les resultó amargo. Por otra parte, se dio comienzo a la segunda entrega de las cajas de comida que incluye una sorpresa, porque así funciona el espectáculo del hambre, tres preservativos. Me pregunto qué pensarán los(as) políticos(as) beatos(as) ante la repartición de 9 millones de condones a la población. Esta ópera bufa por el poder continuará en el Senado y en otras instancias burocráticas, veremos qué ocurre con este tira y afloja, pero lo más curioso es que nuestro insigne poeta, Nicanor Parra, se adelantó a su época (no olvidemos que de la palabra “vate” {poeta} se deriva el vocablo “vaticinio” {predecir, presagiar}) pues sostuvo hace mucho que “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”.

Carlos F. Reyes
Prof. de Estado en Castellano
U. de Chile